¿Alguna vez has sentido que la tecnología en tu trabajo avanza demasiado rápido? ¿Tienes la sensación de dedicarle demasiado tiempo al trabajo digital?
En este artículo te explicamos como llevar esta situación.
Los últimos dos años han sido complejos en términos laborales, ya que nos vimos obligados a acelerar el fenómeno de la digitalización, que ya venía en alza. Los trabajos remotos, el teletrabajo o home office, el sistema híbrido, entre otras modalidades, se instalaron de forma permanente en lo que hoy entendemos por trabajo.
El más claro ejemplo de esto, son los profesores. Al inicio de la pandemia, las escuelas cerraron y toda la comunidad educativa tuvo que recluirse en sus hogares. Los estudiantes, probablemente más cercanos a las nuevas tecnologías, debían conectarse a un sistema de videoconferencia para recibir su enseñanza, pero, por otro lado, los profesores de distintos grupos etarios, tuvieron que adaptarse rápidamente a una tecnología, hasta ese entonces, desconocida para ellos.
Y aquí es donde aparece el denominado Tecnoestrés.
Su definición viene justamente del estrés asociado a la implementación, muchas veces acelerada, de nuevas tecnologías en el trabajo, lo que produce angustia e incertidumbre a quienes deben adaptarse rápidamente a un mundo laboral que cambia constantemente.
Los primeros casos de estudio, se dieron en los años 80, cuando se empezó a masificar el uso de computadoras en el trabajo, lo que incluso generó protestas de algunos trabajadores, que no aceptaban su uso por parecerles un sistema demasiado complicado y difícil de aprender.
Si bien las nuevas generaciones están más familiarizadas con el mundo digital, y muchas de sus características se vuelven intuitivas, existe una gran fuerza laboral que no.
Pero aún así, el problema parece ser transversal, ya que incluso para trabajadores más jóvenes, las nuevas intranets, generan la necesidad de aprender a manejarla a la perfección, para realizar trabajos específicos que antes se hacían de forma presencial.
Más allá del ámbito laboral: La adicción

Pero hoy, si bien se asocia al tecnoestrés principalmente como un problema laboral, el término también se utiliza masivamente para denominar al estrés que se genera de la adicción a los dispositivos electrónicos, principalmente al teléfono celular y los computadores.
Si bien esto puede generar confusión, creemos que es importante destacar ambas problemáticas, ya que, en la necesidad de estar siempre conectados, está al fenómeno de estar siempre disponible para tu trabajo.
¿Sufres de tecnoestrés?

Considerando lo explicado anteriormente, miremos el panorama completo (vida laboral y personal) para reconocer algunos de los síntomas más comunes y estar atento:
En cuanto a la adicción:
- Necesitas tener el teléfono siempre cerca, ya sea para chatear con tus amistades o por las distintas demandas que se generan en tu trabajo.
- No tienes horarios sin estar conectado y disponible.
- Aunque no recibas notificaciones, estás constantemente abriendo tu teléfono para revisar nuevos mensajes.
- Te genera incomodidad estar desconectado y no disponible.
- Lo primero que haces al despertar es prender tu teléfono.
- Al final del día sientes la vista cansada o borrosa, también sufres dolores de cabeza y molestias en tus manos y cuello.
En el ámbito laboral:
- Te genera angustia tener que aprender un nuevo software utilizado en el trabajo.
- Cuando cometes un “error tecnológico”, te irritas fácilmente y sientes frustración.
- Sufres de colon irritable o dolor estomacal, que se manifiestan en menor medida cuando estás trabajando.
- Tienes una visión negativa con respecto a las nuevas tecnologías implementadas en tu trabajo.
- Sientes la necesidad de estar aprendiendo constantemente sobre nuevas tecnologías, y el hecho de “quedarte atrás” te genera pensamientos negativos, como: posibilidad de perder tu trabajo, no recibir un ascenso, desvaloración de tu labor profesional, etc.
- Conectarte a una video llamada o tener que organizarla, puede ser un momento estresante para ti, porque sientes miedo de no poder realizarla correctamente.
- Sientes que recibes demasiada información nueva y temes no poder abarcar toda.
¿Qué hacer de aquí al futuro?

Las nuevas tecnologías llegaron y no se irán, eso es algo que debemos asumir. Es probable que debamos seguir adaptándonos a más requerimientos, lo que genera una situación de constante aprendizaje.
Pero a la vez, debemos ver que estos cambios, en su mayoría están hechos para facilitar nuestra labor, automatizar procesos que quizás nos llevarían más horas realizarlos, mejorar la comunicación entre los equipos de trabajo, etc.
Es importante que las organizaciones y empresas aborden este tema, otorgándoles un nivel de seguridad y tranquilidad a sus colaboradores, considerando la implementación de nuevos sistemas, como un mejoramiento y beneficio laboral. Además, es fundamental contar con una estrategia que considere capacitar y mejorar constantemente el uso y acceso a estos nuevos softwares o sistemas.
Recomendaciones para trabajadores:

Establece un límite entre tu vida personal y laboral:
Dedica un espacio a la semana a aprender:
Organiza tu horario laboral para tener al menos 1 hora (o menos), para aprender sobre una nueva tecnología que se esté implementando en tu trabajo. Esto te dará mayor seguridad a la hora de enfrentar tus desafíos laborales.
Busca y genera instancias:
Tómalo con calma:
Este consejo puede ser contradictorio en un ambiente laboral agitado, pero tu propio ritmo de aprendizaje también es importante. Busca ayuda de tus compañeros o investiga tranquilamente para poder aprender mejor.
Disminuye el uso de los dispositivos:
Luego de la jornada laboral es muy común querer entrar a nuestro teléfono y conectarnos con amigos y familiares, pero antes de pasar de estar con el computador todo el día a estar con el teléfono en la mano, tómate al menos 30 minutos para estar tranquilo. Aprovecha de comer, leer, hacer ejercicio o escuchar música.
El deporte:
En Grupo VIVEACTIVO siempre recomendaremos mantenernos en movimiento. El ejercicio físico es uno de nuestros grandes aliados para mejorar la salud ocupacional. No sólo nos permite desestresarnos, también nos entrega más energía y permite oxigenar mejor, lo que ayuda a la concentración. Puedes realizar pequeñas pausas durante tu jornada, para estirarte, respirar, mover tus articulaciones, caminar etc.
Recuerda que no eres el único que está en esta situación, nuestro mundo está en constante cambio y todos nos adaptamos de formas diferentes.