El mito de la productividad sin descanso
Durante años, se ha creído que cuanto más tiempo pasamos trabajando, más productivos somos. Este enfoque, sin embargo, ha sido refutado por numerosos estudios que demuestran que largas jornadas sin descansos frecuentes no solo afectan la productividad, sino también la salud física y mental de los trabajadores. El agotamiento, el estrés y el burnout son cada vez más comunes en las organizaciones que no fomentan pausas laborales, lo que genera un impacto negativo en el rendimiento general de los equipos.
De hecho, un estudio llamado “Los breves y raros descansos mentales te mantienen concentrado”, realizado por el Dr. Alejandro Lleras en la Universidad de Illinois, reveló que tomar descansos cortos durante tareas prolongadas puede ayudar a mantener la atención y reducir la fatiga, lo que apoya la idea de que las pausas mejoran el rendimiento.
Las pausas laborales permiten que el cerebro y el cuerpo se regeneren, reduciendo el riesgo de agotamiento mental y físico. Son una forma de recargar energías, refrescar ideas y evitar los errores comunes que surgen cuando el cansancio se acumula. Por lo tanto, crear un ambiente donde las pausas sean vistas como una parte necesaria de la jornada laboral es clave para lograr un mayor rendimiento y bienestar en tu organización.